“La habilitación de la palabra”
Publicación en "Propuesta Comunicacional"

En publicaciones anteriores, hablamos de la importancia de la mirada como “sostén”, hoy queremos remarcar el papel de la palabra, esa palabra que anuda, liga los pensamientos, que es estructurante del psiquismo y la cognición. La relación entre pensamiento y palabra es un proceso viviente. El pensamiento nace a través de las palabras. Un pensamiento desprovisto de palabra permanece en la sombra. El acceso al orden simbólico es lo que permite el acceso a la cultura y el hacernos sujetos sociales mediados por la palabra. La palabra sirve para la comunicación que es construida en forma colectiva. Se nombra y se conoce al mundo por medio de signos. Las palabras, en tanto convenciones sociales, permiten comunicar y se ponen delante del pensamiento. Por eso nada es tan poderoso como el lenguaje, y la palabra, la herramienta que usamos a diario para comunicarnos. Puede eliminar el miedo, suprimir la tristeza, infundir alegría, aumentar la seguridad o descalificar, ignorar… El lenguaje oral suele aparecer “naturalmente” por una serie de intercambios con el entorno, sin que exista un programa específico de enseñanza del mismo. En este proceso el niño toma el lenguaje, primero, por imitación, luego, por apropiación. Lo hace suyo, lo usa para decir lo que quiere, lo que no quiere, lo que le gusta, lo que le pasó, lo que siente, lo que necesita. La estimulación del lenguaje es uno de los aspectos más importantes del trabajo en el Nivel Inicial, ya que se trata de que el niño se exprese naturalmente; progrese en la estructura de sus ideas y enriquezca permanentemente su vocabulario. El lenguaje se construye, se complejiza. Surge como balbuceo intencional, sigue con las onomatopeyas, los nombres¬¬¬. Va desde lo concreto a lo abstracto. Por eso lo ejemplificamos con dramatizaciones, dibujos, láminas, sinonimia y lo definimos por su categoría o por su función. Las palabras se van entrelazando, entretejiendo… Los docentes y los padres tienen una función importante en la detección temprana de algunas dificultades que pueden presentarse en el plano de la comunicación. Hay niños que tienen dificultad en la llegada de la información al cerebro, en su comprensión, ordenamiento y abstracción – INPUT - . Hay otros niños que presentan dificultad en la salida de la información en forma de palabras (expresión lingüística) o a través de actividad muscular como escribir, dibujar, (expresión motora) – OUTPUT - . También se encuentran cuadros combinados o mixtos. Si el niño presenta dificultades en el lenguaje receptivo – comprensivo, se observan problemas para entender el lenguaje hablado. Pregunta constantemente ¿Ah? ¿Qué? Manifiesta una expresión confusa, silente. No logra comprender el significado de oraciones largas. Le es difícil seguir consignas. Por lo general imita conductas de comunicación que presentan sus compañeros. Si el niño presenta dificultades en el lenguaje expresivo se observarán alteraciones para enunciar el lenguaje oral, una pronunciación incorrecta. Además tendrá un vocabulario pobre, falta de fluidez y se verá imposibilitado de organizar una frase. La pregunta que más nos preocupa es ¿cómo asegurar también, en estos casos, un aprendizaje y un progreso efectivo?, a fin de que no se vea comprometido, su aprendizaje escolar. Para que el aprendizaje tenga lugar, es fundamental que parta de lo que el niño es capaz de hacer. Sólo a partir de ahí podrá construir con seguridad nuevos esquemas. La palabra debe acompañar las acciones y aclarar las consignas, incluso aquellas que se apoyan en gestos o están graficadas en papel. Siempre tenemos que corroborar su comprensión, nunca darla por sentada. Ya desde los primeros años de escuela primaria, es fundamental que los textos elegidos estén acordes al nivel de pensamiento y lenguaje de los niños, sólo así podrán apropiarse de los mismos, ya que dejarán la marca que les posibilita evocarlos y transferirlos. Es común que se considere que un niño comprenda fácilmente los temas dados. Debemos evaluar qué nivel de Lenguaje posee y entonces, adaptar el texto, dando prioridad a los conceptos más importantes, simplificando el caudal de vocabulario y buscando los términos, ejemplos y sinónimos que faciliten su comprensión. Cuando hacemos referencia al nivel del Lenguaje, no nos referimos sólo a los textos presentados en las áreas de lengua o ciencias, sino también al lenguaje matemático. Se presentan aquí distintas posibilidades, que el niño no haya logrado adquirir, por ejemplo, el concepto de número o que no tenga las palabras que “nombren” ese número. Será necesario evaluar dónde está la dificultad y, desde allí, continuar paso a paso sin acelerar sus tiempos de aprendizaje porque de lo contrario, será un espectador pasivo o un copista de los aprendizajes de los otros y habrá perdido la posibilidad de construir los propios. En niños con dificultades de comunicación se hace difícil la tarea de evaluación escolar, tanto en términos de competencia curricular como de capacidad para aprender, o estilo de aprendizaje. De allí la necesidad de corroborar, durante todo el proceso de enseñanza, que vaya comprendiendo y fijando las ideas principales, siempre a través de ejercicios adaptados a su real nivel pedagógico. Las consignas deben ser claras, cortas, concisas y presentadas de a una por vez, teniendo especial cuidado con aquellos niños que presentan dificultades en el grafismo, a quienes se les deberá facilitar la propuesta pedagógica, ofreciéndoles los enunciados ya impresos, evitando la fatiga que les genera la copia. Entonces ¿Cómo hacemos para que la palabra, tanto oral como escrita, circule en la familia y en la escuela frente a un niño con dificultades de lenguaje? La clave está en generar el encuentro con el niño, que nuestras palabras, miradas o gestos no obturen los suyos. Que no pensemos ni hablemos por él. Tenemos que permitirle poder expresarse de acuerdo a sus posibilidades, dejarlo ser por sí mismo y no hacer por él. Consultarlo, ayudarlo a elegir según sus intereses, dándole herramientas para que “sea” en sus propias diferencias y la posibilidad de descubrir lo que desea. Que pueda construirse a través de las relaciones con los otros, tener amigos, para así conformar su propia identidad y no caer en una infancia eterna y llegado el momento, ser libre de planear su proyecto de vida. Todo niño necesita "ser hablado" más allá de la dificultad, ya que la palabra es inherente a las personas y utilizarla en relación a él, lo hará desarrollarse plenamente y le permitirá afianzar su: " yo soy yo".